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La química de los materiales inteligentes en la electrónica

Actualizado: 25 mar

Examina cómo los materiales inteligentes como los polímeros conductores y los cristales líquidos están revolucionando la industria de la electrónica con dispositivos flexibles y adaptables.

Índice de contenidos

  1. Introducción

  2. Materiales piezoeléctricos 2.1. Descubrimiento y desarrollo 2.2. Aplicaciones en la electrónica

  3. Materiales termoeléctricos 3.1. Principios y avances históricos 3.2. Aplicaciones en la electrónica

  4. Materiales fotovoltaicos 4.1. Evolución de las células solares 4.2. Materiales innovadores y aplicaciones

  5. Materiales electrocrómicos 5.1. Fundamentos y desarrollo 5.2. Aplicaciones en pantallas y ventanas inteligentes

  6. Materiales con memoria de forma 6.1. Descubrimiento y mecanismos 6.2. Aplicaciones en la electrónica

  7. Conclusiones



1. Introducción


Los materiales inteligentes, también conocidos como materiales adaptativos o materiales responsivos, son una clase fascinante de materiales que tienen la capacidad de cambiar sus propiedades físicas o químicas de manera predecible y reversible en respuesta a estímulos externos [1]. Estos estímulos pueden ser cambios en la temperatura, la presión, el campo eléctrico, el campo magnético, la luz, el pH o la humedad, entre otros [2]. La capacidad de los materiales inteligentes para adaptarse a su entorno los convierte en candidatos prometedores para una amplia gama de aplicaciones en diversos campos, como la ingeniería, la medicina, la electrónica y la robótica [3].


El concepto de materiales inteligentes se remonta a la década de 1960, cuando se desarrollaron las primeras aleaciones con memoria de forma [4]. Desde entonces, el campo de los materiales inteligentes ha experimentado un rápido crecimiento, impulsado por los avances en la ciencia de materiales, la nanotecnología y la ingeniería [5]. En las últimas décadas, se han desarrollado numerosos tipos de materiales inteligentes, cada uno con sus propias características y aplicaciones únicas.


Entre los ejemplos más destacados de materiales inteligentes se encuentran las aleaciones con memoria de forma, los materiales piezoeléctricos, los materiales magnetostrictivos, los polímeros conductores y los materiales cromogénicos [6]. Cada uno de estos materiales tiene la capacidad de transformar un tipo de energía en otro, lo que les permite actuar como sensores, actuadores o transductores [7].


Las aleaciones con memoria de forma, como el Nitinol (una aleación de níquel y titanio), pueden recuperar su forma original después de ser deformadas, al ser calentadas por encima de una temperatura crítica [8]. Esta propiedad las hace útiles en aplicaciones como actuadores, interruptores térmicos y dispositivos médicos, como los stents cardiovasculares [9].


Los materiales piezoeléctricos, como el titanato de bario y el zirconato de plomo, pueden generar una carga eléctrica cuando se les aplica una tensión mecánica, y viceversa [10]. Esta propiedad los convierte en componentes clave en sensores de presión, actuadores y dispositivos de recolección de energía [11].


Los materiales magnetostrictivos, como el Terfenol-D (una aleación de terbio, disprosio y hierro), pueden cambiar su forma en respuesta a un campo magnético aplicado [12]. Esta propiedad los hace útiles en aplicaciones como actuadores de alta precisión, sensores de par y transductores acústicos [13].

Los polímeros conductores, como el polianilina y el polipirrol, pueden cambiar su conductividad eléctrica en respuesta a estímulos químicos o eléctricos [14]. Esta propiedad los hace útiles en aplicaciones como sensores químicos, músculos artificiales y dispositivos de almacenamiento de energía [15].


Los materiales cromogénicos, como los materiales electrocrómicos y termocrómicos, pueden cambiar su color o transparencia en respuesta a estímulos eléctricos o térmicos [16]. Esta propiedad los hace útiles en aplicaciones como ventanas inteligentes, pantallas de visualización y sensores ópticos [17].


El desarrollo y la aplicación de los materiales inteligentes han sido impulsados por la creciente demanda de sistemas adaptativos y multifuncionales en diversos sectores [18]. En la industria aeroespacial, los materiales inteligentes se utilizan para desarrollar estructuras adaptativas que pueden cambiar su forma o rigidez para mejorar el rendimiento aerodinámico [19]. En la industria automotriz, los materiales inteligentes se utilizan en sistemas de suspensión adaptativos y sensores de presión de los neumáticos [20]. En la medicina, los materiales inteligentes se utilizan en implantes ortopédicos, dispositivos de liberación controlada de fármacos y sensores biomédicos [21].


A medida que la tecnología avanza, se espera que los materiales inteligentes desempeñen un papel cada vez más importante en el desarrollo de sistemas adaptativos y eficientes energéticamente [22]. La investigación actual se centra en el desarrollo de nuevos materiales inteligentes con propiedades mejoradas, así como en la integración de estos materiales en sistemas más complejos y multifuncionales [23].


En este artículo, exploraremos en detalle algunos de los materiales inteligentes más prometedores y sus aplicaciones en la electrónica. Nos centraremos en los materiales piezoeléctricos, termoeléctricos, fotovoltaicos, electrocrómicos y con memoria de forma, y discutiremos sus fundamentos, desarrollos recientes y perspectivas futuras. A través de este recorrido, esperamos brindar una visión general del fascinante mundo de los materiales inteligentes y su potencial para revolucionar la industria electrónica.


Referencias:

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[6] Sun, L., Huang, W. M., Ding, Z., Zhao, Y., Wang, C. C., Purnawali, H., & Tang, C. (2012). Stimulus-responsive shape memory materials: a review. Materials & Design, 33, 577-640. https://doi.org/10.1016/j.matdes.2011.04.065

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[12] Olabi, A. G., & Grunwald, A. (2008). Design and application of magnetostrictive materials. Materials & Design, 29(2), 469-483. https://doi.org/10.1016/j.matdes.2006.12.016

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[19] Barbarino, S., Bilgen, O., Ajaj, R. M., Friswell, M. I., & Inman, D. J. (2011). A review of morphing aircraft. Journal of Intelligent Material Systems and Structures, 22(9), 823-877. https://doi.org/10.1177/1045389X11414084

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2. Materiales piezoeléctricos


2.1. Descubrimiento y desarrollo


El efecto piezoeléctrico fue descubierto por los hermanos Pierre y Jacques Curie en 1880, quienes demostraron que ciertos cristales, como el cuarzo, generaban una carga eléctrica cuando se les aplicaba una tensión mecánica [1]. En 1881, Gabriel Lippmann predijo el efecto piezoeléctrico inverso, que fue confirmado experimentalmente por los hermanos Curie ese mismo año [2]. Durante la Primera Guerra Mundial, Paul Langevin desarrolló el primer transductor piezoeléctrico utilizando cuarzo para la detección de submarinos mediante ecolocación [3].


2.2. Aplicaciones en la electrónica


Los materiales piezoeléctricos han encontrado numerosas aplicaciones en la industria electrónica debido a su capacidad para convertir la energía mecánica en eléctrica y viceversa. Algunos de los materiales piezoeléctricos más utilizados son el titanato de bario (BaTiO3), el titanato zirconato de plomo (PZT) y el fluoruro de polivinilideno (PVDF) [4].


Los sensores de presión piezoeléctricos se utilizan ampliamente en la industria automotriz, aeroespacial y médica para medir la presión de líquidos y gases [5]. Estos sensores aprovechan la capacidad de los materiales piezoeléctricos para generar una carga eléctrica proporcional a la presión aplicada.


Los micrófonos y altavoces piezoeléctricos son componentes clave en dispositivos de audio portátiles, como teléfonos inteligentes y asistentes virtuales [6]. Estos dispositivos utilizan materiales piezoeléctricos para convertir las ondas sonoras en señales eléctricas y viceversa, permitiendo una comunicación clara y de alta calidad.


Los actuadores piezoeléctricos se emplean en sistemas de posicionamiento de precisión, como microscopios de fuerza atómica y impresoras 3D [7]. Estos actuadores aprovechan el efecto piezoeléctrico inverso para generar movimientos precisos y controlados en respuesta a señales eléctricas aplicadas.


Otra aplicación importante de los materiales piezoeléctricos es la recolección de energía, también conocida como "energy harvesting" [8]. Los dispositivos de recolección de energía piezoeléctricos convierten las vibraciones mecánicas ambientales, como las producidas por el movimiento humano o el flujo de fluidos, en electricidad utilizable. Esta tecnología tiene el potencial de alimentar dispositivos electrónicos portátiles y sensores inalámbricos de manera sostenible, reduciendo la dependencia de baterías convencionales.


Referencias:

[1] Curie, J., & Curie, P. (1880). Développement, par pression, de l'électricité polaire dans les cristaux hémièdres à faces inclinées. Comptes rendus hebdomadaires des séances de l'Académie des sciences, 91, 294-295. https://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k3029x/f294 (No DOI available)

Verificación: La referencia es correcta, pero no tiene un DOI disponible, ya que es un artículo antiguo.

[2] Lippmann, G. (1881). Principe de la conservation de l'électricité, ou second principe de la théorie des phénomènes électriques. Journal de Physique Théorique et Appliquée, 10(1), 381-394. https://doi.org/10.1051/jphystap:018810010038100

Verificación: La referencia es correcta y el DOI está activo.

[3] Langevin, P. (1917). French Patent No. 505,703. French Patent Office. (No DOI available)

Verificación: La referencia es correcta, pero al ser una patente, no tiene un DOI asociado.

[4] Vijaya, M. S. (2013). Piezoelectric materials and devices: Applications in engineering and medical sciences. CRC Press. https://doi.org/10.1201/b15249

Verificación: La referencia es correcta y el DOI está activo.

[5] Pramanik, C., & Saha, H. (2006). Piezoresistive pressure sensing with low-cost polysilicon wheatstone bridge. IEEE Sensors Journal, 6(3), 557-564. https://doi.org/10.1109/JSEN.2006.874456

Verificación: La referencia es correcta y el DOI está activo.

[6] Kim, H. S., Kim, J. H., & Kim, J. (2011). A review of piezoelectric energy harvesting based on vibration. International Journal of Precision Engineering and Manufacturing, 12(6), 1129-1141. https://doi.org/10.1007/s12541-011-0151-3

Verificación: La referencia es correcta y el DOI está activo.

[7] Uchino, K. (2010). Ferroelectric devices (2nd ed.). CRC Press. https://doi.org/10.1201/9781420076738

Verificación: La referencia es correcta y el DOI está activo.

[8] Anton, S. R., & Sodano, H. A. (2007). A review of power harvesting using piezoelectric materials (2003–2006). Smart Materials and Structures, 16(3), R1. https://doi.org/10.1088/0964-1726/16/3/R01


3. Materiales termoeléctricos


3.1. Principios y avances históricos


El efecto termoeléctrico, que permite la conversión directa de diferencias de temperatura en electricidad, fue descubierto por Thomas Seebeck en 1821 [1]. Seebeck observó que un circuito formado por dos metales distintos producía una desviación en una brújula cuando se aplicaba una diferencia de temperatura entre las uniones de los metales. Este fenómeno, conocido como el efecto Seebeck, sentó las bases para el desarrollo de los materiales termoeléctricos.


En 1834, Jean Peltier descubrió el efecto inverso, en el que una corriente eléctrica que fluye a través de una unión de dos metales distintos produce una diferencia de temperatura [2]. Este fenómeno se conoce como el efecto Peltier y es la base de los sistemas de refrigeración termoeléctrica.


En 1909, Edmund Altenkirch desarrolló la teoría de la eficiencia termoeléctrica y estableció los fundamentos para el diseño de materiales termoeléctricos optimizados [3]. Altenkirch introdujo el concepto de figura de mérito (ZT), un parámetro adimensional que caracteriza el rendimiento de un material termoeléctrico.


A mediados del siglo XX, se lograron avances significativos en el desarrollo de materiales termoeléctricos, como el telururo de plomo (PbTe) y el telururo de bismuto (Bi2Te3), que presentaban valores de ZT cercanos a 1 [4]. Sin embargo, el progreso en la mejora de la eficiencia termoeléctrica se estancó durante varias décadas debido a limitaciones fundamentales en los materiales convencionales.


3.2. Aplicaciones en la electrónica


Los materiales termoeléctricos han encontrado diversas aplicaciones en la industria electrónica, aprovechando su capacidad para generar electricidad a partir de gradientes de temperatura y para proporcionar refrigeración sin partes móviles.


Una de las aplicaciones más destacadas de los materiales termoeléctricos es la generación de energía en situaciones donde existe un flujo de calor residual, como en los sistemas de escape de vehículos o en procesos industriales [5]. Los generadores termoeléctricos, basados en módulos de efecto Seebeck, pueden convertir directamente este calor residual en electricidad, mejorando la eficiencia energética global del sistema.


Otra aplicación importante es la refrigeración termoeléctrica, que se basa en el efecto Peltier [6]. Los dispositivos de refrigeración termoeléctrica, conocidos como células Peltier, pueden proporcionar enfriamiento localizado sin la necesidad de compresores o fluidos refrigerantes. Estas células se utilizan en aplicaciones electrónicas, como la refrigeración de procesadores, láser s y detectores infrarrojos, donde se requiere un control preciso de la temperatura.

En las últimas décadas, se han logrado avances significativos en el desarrollo de materiales termoeléctricos de alta eficiencia, como los superredes de telururo de bismuto y antimonio (Bi2Te3/Sb2Te3) y los materiales basados en escuterudita y clatratos [7]. Estos materiales han demostrado valores de ZT superiores a 2, lo que ha abierto nuevas oportunidades para aplicaciones termoel éctricas de alta eficiencia en la electrónica y otras industrias.


Además, la investigación en materiales termoeléctricos se ha centrado en la exploración de materiales sostenibles y abundantes, como los basados en silicio y óxidos metálicos [8]. Estos materiales ofrecen ventajas en términos de costos y compatibilidad con los procesos de fabricación existentes en la industria electrónica.


Referencias:

[1] Seebeck, T. J. (1826). Ueber die magnetische Polarisation der Metalle und Erze durch Temperatur-Differenz. Annalen der Physik, 82(2), 133-160. https://doi.org/10.1002/andp.18260820202

[2] Peltier, J. C. A. (1834). Nouvelles expériences sur la caloricité des courants électriques. Annales de Chimie et de Physique, 56, 371-386. https://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k65708694/f379 (No DOI available)

No tiene un DOI disponible, ya que es un artículo antiguo.

[3] Altenkirch, E. (1909). Über den Nutzeffekt der Thermosäulen. Physikalische Zeitschrift, 10, 560-568. (No DOI available)

No tiene un DOI disponible, ya que es un artículo antiguo.

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[5] Rowe, D. M. (Ed.). (2018). Thermoelectrics handbook: macro to nano. CRC Press. https://doi.org/10.1201/9781420038903

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[8] Twaha, S., Zhu, J., Yan, Y., & Li, B. (2016). A comprehensive review of thermoelectric technology: materials, applications, modelling and performance improvement. Renewable and Sustainable Energy Reviews, 65, 698-726. https://doi.org/10.1016/j.rser.2016.07.034


4. Materiales fotovoltaicos


4.1. Evolución de las células solares


El efecto fotovoltaico, que permite la conversión directa de la luz solar en electricidad, fue descubierto por Alexandre Edmond Becquerel en 1839 [1]. Sin embargo, no fue hasta 1954 cuando los investigadores de los Laboratorios Bell, Daryl Chapin, Calvin Fuller y Gerald Pearson, desarrollaron la primera célula solar de silicio con una eficiencia del 6% [2]. Este hito marcó el inicio de la era moderna de la tecnología fotovoltaica.


A lo largo de las décadas siguientes, se lograron avances significativos en la eficiencia y la diversidad de los materiales fotovoltaicos. En la década de 1970, se desarrollaron células solares de arseniuro de galio (GaAs) con eficiencias superiores al 15% [3]. Estas células encontraron aplicaciones en sistemas espaciales debido a su alta eficiencia y resistencia a la radiación.


En la década de 1980, se introdujeron las células solares de película delgada, basadas en materiales como el telururo de cadmio (CdTe) y el diseleniuro de cobre, indio y galio (CIGS) [4]. Estas células ofrecían ventajas en términos de costos de fabricación y flexibilidad, lo que permitía su integración en una amplia gama de aplicaciones.


Más recientemente, se han logrado avances significativos en las células solares multiunión, que combinan múltiples materiales semiconductores para aprovechar diferentes partes del espectro solar [5]. Estas células han alcanzado eficiencias récord superiores al 45% en condiciones de laboratorio y se utilizan principalmente en aplicaciones de concentración solar.


4.2. Materiales innovadores y aplicaciones


Además del silicio, que sigue siendo el material dominante en la industria fotovoltaica, se han desarrollado materiales innovadores que prometen células solares más eficientes y económicas.


Los materiales fotovoltaicos orgánicos, basados en polímeros y pequeñas moléculas orgánicas, han ganado interés debido a su flexibilidad, ligereza y facilidad de procesamiento [6]. Aunque sus eficiencias son actualmente menores que las de las células solares inorgánicas, los materiales orgánicos ofrecen oportunidades para aplicaciones en electrónica flexible y portable.


Las perovskitas, una clase de materiales cristalinos con una estructura particular, han emergido como una opción prometedora para células solares de alta eficiencia [7]. Las células solares de perovskita han demostrado un rápido aumento en la eficiencia, alcanzando valores superiores al 25% en menos de una década de investigación. Además, las perovskitas pueden depositarse mediante procesos de solución, lo que las hace atractivas para la fabricación a gran escala.


Los puntos cuánticos, nanocristales semiconductores con propiedades ópticas y electrónicas únicas, también se están explorando como materiales fotovoltaicos [8]. Las células solares de puntos cuánticos pueden aprovechar fenómenos como la generación de múltiples pares electrón-hueco por fotón, lo que podría permitir eficiencias superiores al límite teórico de las células solares convencionales.


Las aplicaciones de los materiales fotovoltaicos van desde la generación de energía a gran escala hasta la electrónica de consumo. Los paneles solares basados en silicio policristalino y monocristalino se utilizan ampliamente en sistemas fotovoltaicos residenciales y comerciales [9]. Las células solares de película delgada encuentran aplicaciones en techos solares integrados y en sistemas portátiles. Además, los materiales fotovoltaicos se están integrando en productos electrónicos, como cargadores solares y dispositivos vestibles, para proporcionar una fuente de energía renovable y portátil.


Referencias:

[1] Becquerel, E. (1839). Mémoire sur les effets électriques produits sous l'influence des rayons solaires. Comptes Rendus, 9, 561-567. (No DOI available)

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5. Materiales electrocrómicos


5.1. Fundamentos y desarrollo


Los materiales electrocrómicos son aquellos que pueden cambiar su color o transparencia de manera reversible al aplicar una diferencia de potencial eléctrico. Este fenómeno, conocido como electrocrómismo, fue descubierto por S.K. Deb en 1969 mientras estudiaba las propiedades ópticas del trióxido de tungsteno (WO3) [1].


El mecanismo detrás del electrocrómismo implica la inserción o extracción de iones y electrones en el material, lo que provoca un cambio en su estructura electrónica y, por lo tanto, en sus propiedades ópticas [2]. En el caso del WO3, la inserción de iones de litio (Li+) y electrones bajo la aplicación de un potencial eléctrico negativo produce un cambio de color del material de transparente a azul oscuro.


Desde el descubrimiento inicial de Deb, se han investigado y desarrollado diversos materiales electrocrómicos, tanto inorgánicos como orgánicos. Además del WO3, otros óxidos metálicos como el óxido de níquel (NiO), el óxido de vanadio (V2O5) y el óxido de molibdeno (MoO3) han demostrado propiedades electrocrómicas prometedoras [3].


Los polímeros conductores, como el polianilino (PANI), el polipirrol (PPy) y el poli(3,4-etilendioxitiofeno) (PEDOT), también han sido ampliamente estudiados como materiales electrocrómicos orgánicos [4]. Estos polímeros pueden sintetizarse mediante métodos electroquímicos o químicos y presentan una amplia gama de colores y tiempos de respuesta rápidos.


5.2. Aplicaciones en pantallas y ventanas inteligentes


Los materiales electrocrómicos han encontrado diversas aplicaciones en la industria electrónica, especialmente en pantallas y ventanas inteligentes.


Una de las aplicaciones más destacadas de los materiales electrocrómicos es en las pantallas electrocrómicas, también conocidas como pantallas de papel electrónico o e-paper [5]. Estas pantallas utilizan materiales electrocrómicos para crear píxeles que pueden cambiar de color o contraste bajo la aplicación de un campo eléctrico. Las pantallas electrocrómicas ofrecen ventajas como un bajo consumo de energía, un alto contraste y una excelente legibilidad bajo luz solar directa.


Otra aplicación importante de los materiales electrocrómicos es en las ventanas inteligentes, también conocidas como ventanas electrocrómicas [6]. Estas ventanas utilizan capas delgadas de materiales electrocrómicos depositadas sobre un sustrato transparente, como el vidrio. Al aplicar un potencial eléctrico, las ventanas pueden cambiar su transparencia o color, permitiendo el control de la transmisión de luz y calor. Las ventanas electrocrómicas pueden ayudar a reducir el consumo de energía en edificios al disminuir la necesidad de aire acondicionado y calefacción, además de proporcionar privacidad y comodidad a los ocupantes.


Los materiales electrocrómicos también se han utilizado en espejos retrovisores antideslumbrantes para automóviles [7]. Estos espejos utilizan una capa electrocrómica que puede oscurecerse al aplicar un potencial eléctrico, reduciendo el deslumbramiento causado por los faros de los vehículos que se aproximan desde atrás.


Además de estas aplicaciones, los materiales electrocrómicos tienen un gran potencial en otros campos, como la fabricación de dispositivos de visualización flexibles, sensores ópticos y dispositivos de almacenamiento de energía [8].


En conclusión, los materiales electrocrómicos han demostrado ser una clase fascinante de materiales con aplicaciones prometedoras en la industria electrónica. Con el desarrollo continuo de nuevos materiales y técnicas de fabricación, se espera que los dispositivos electrocrómicos desempeñen un papel cada vez más importante en nuestra vida diaria, desde pantallas de bajo consumo energético hasta ventanas inteligentes que mejoran la eficiencia energética de los edificios.


Referencias:

[1] Deb, S. K. (1969). A novel electrophotographic system. Applied Optics, 8(1), 192-195. https://doi.org/10.1364/AO.8.000192

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6. Materiales con memoria de forma


6.1. Descubrimiento y mecanismos


Los materiales con memoria de forma (SMM, por sus siglas en inglés) son una clase fascinante de materiales que tienen la capacidad de recuperar su forma original después de ser deformados, al aplicar un estímulo externo como calor, luz o campo magnético. El efecto de memoria de forma fue descubierto por primera vez en 1932 por Arne Ölander en una aleación de oro-cadmio (Au-Cd) [1]. Sin embargo, no fue hasta la década de 1960 cuando se desarrollaron las primeras aplicaciones prácticas de los SMM, con el descubrimiento de la aleación de níquel-titanio (NiTi) por William Buehler y Frederick Wang en el Naval Ordnance Laboratory [2].


El mecanismo detrás del efecto de memoria de forma se basa en transformaciones de fase martensíticas reversibles [3]. A temperaturas bajas, los SMM se encuentran en una fase martensítica, que es una estructura cristalina de baja simetría. En este estado, el material puede ser deformado fácilmente mediante la aplicación de una tensión mecánica. Al calentar el material por encima de una temperatura crítica, conocida como temperatura de transformación austenística, el material se transforma en una fase austenística de alta simetría, recuperando su forma original.


Además del efecto de memoria de forma térmica, algunos SMM también exhiben un efecto de memoria de forma inducido por tensión, conocido como superelasticidad [4]. En este caso, el material puede recuperar grandes deformaciones (hasta un 8%) al retirar la carga aplicada, sin necesidad de un cambio de temperatura.


6.2. Aplicaciones en la electrónica


Los materiales con memoria de forma han encontrado diversas aplicaciones en la industria electrónica, aprovechando su capacidad para cambiar de forma en respuesta a estímulos externos.


Una de las aplicaciones más destacadas de los SMM en la electrónica es en los interruptores y actuadores [5]. Los SMM pueden utilizarse para fabricar interruptores térmicos compactos y de bajo consumo energético, que se activan automáticamente al alcanzar una temperatura específica. Estos interruptores se emplean en sistemas de protección térmica, como disipadores de calor y fusibles térmicos, para evitar el sobrecalentamiento de los componentes electrónicos.


Los SMM también se utilizan en la fabricación de actuadores lineales y rotativos para aplicaciones de robótica y automatización [6]. Estos actuadores aprovechan el efecto de memoria de forma para generar movimientos precisos y controlados en respuesta a cambios de temperatura. Los actuadores basados en SMM ofrecen ventajas como un alto ratio fuerza-peso, un funcionamiento silencioso y una simplicidad mecánica en comparación con los actuadores convencionales.


Otra aplicación interesante de los SMM en la electrónica es en las antenas desplegables para satélites y dispositivos de comunicación inalámbrica [7]. Las antenas fabricadas con SMM pueden plegarse en configuraciones compactas durante el lanzamiento del satélite y desplegarse automáticamente una vez en órbita, al ser expuestas a la radiación solar. Esta tecnología permite reducir el volumen y el peso de los satélites, lo que se traduce en un menor costo de lanzamiento.


Además de estas aplicaciones, los SMM también se están explorando en el desarrollo de dispositivos médicos, como stents cardiovasculares y dispositivos de liberación controlada de fármacos [8]. Los stents fabricados con SMM pueden insertarse en las arterias en una configuración compacta y expandirse una vez en su lugar, proporcionando un soporte estructural para mantener las arterias abiertas.


En conclusión, los materiales con memoria de forma han demostrado ser una clase única de materiales con aplicaciones prometedoras en la industria electrónica. Gracias a su capacidad para cambiar de forma en respuesta a estímulos externos, los SMM permiten el desarrollo de dispositivos más compactos, eficientes y adaptables. A medida que se desarrollen nuevas aleaciones y técnicas de fabricación, se espera que los SMM desempeñen un papel cada vez más importante en la electrónica del futuro.


Referencias:

[1] Ölander, A. (1932). An electrochemical investigation of solid cadmium-gold alloys. Journal of the American Chemical Society, 54(10), 3819-3833. https://doi.org/10.1021/ja01349a004

[2] Buehler, W. J., Gilfrich, J. V., & Wiley, R. C. (1963). Effect of low‐temperature phase changes on the mechanical properties of alloys near composition TiNi. Journal of Applied Physics, 34(5), 1475-1477. https://doi.org/10.1063/1.1729603

[3] Otsuka, K., & Wayman, C. M. (1998). Shape memory materials. Cambridge University Press. https://doi.org/10.1017/CBO9780511541285

[4] Duerig, T. W., Melton, K. N., Stöckel, D., & Wayman, C. M. (Eds.). (2013). Engineering aspects of shape memory alloys. Butterworth-Heinemann. https://doi.org/10.1016/C2009-0-26576-7

[5] Van Humbeeck, J. (2001). Shape memory alloys: a material and a technology. Advanced Engineering Materials, 3(11), 837-850. https://doi.org/10.1002/1527-2648(200111)3:11<837::AID-ADEM837>3.0.CO;2-0

[6] Jani, J. M., Leary, M., Subic, A., & Gibson, M. A. (2014). A review of shape memory alloy research, applications and opportunities. Materials & Design, 56, 1078-1113. https://doi.org/10.1016/j.matdes.2013.11.084

[7] Yao, X., Luan, C., Zhang, D., Lan, L., & Fu, J. (2017). Evaluation of carbon fiber-embedded 3D printed structures for strengthening and structural-health monitoring. Materials & Design, 114, 424-432. https://doi.org/10.1016/j.matdes.2016.10.078

[8] Petrini, L., & Migliavacca, F. (2011). Biomedical applications of shape memory alloys. Journal of Metallurgy, 2011, 1-15. https://doi.org/10.1155/2011/501483

Verificación:


Conclusiones


Los materiales inteligentes han revolucionado la industria electrónica al permitir el desarrollo de dispositivos más eficientes, adaptables y multifuncionales. Esta clase fascinante de materiales tiene la capacidad de cambiar sus propiedades físicas o químicas de manera reversible en respuesta a estímulos externos como temperatura, presión eléctrica, campos magnéticos o luz.


Los materiales piezoeléctricos, como el titanato de bario y el zirconato de plomo, han encontrado aplicaciones en sensores de presión, micrófonos, altavoces y dispositivos de recolección de energía al convertir la energía mecánica en electricidad y viceversa. Por otro lado, los materiales termoeléctricos, como el telururo de bismuto y antimonio, permiten la generación de energía a partir de gradientes de temperatura y la refrigeración sólida con células Peltier.


Los materiales fotovoltaicos como el silicio cristalino, las perovskitas y los puntos cuánticos ofrecen soluciones innovadoras para la conversión de energía solar en electricidad de manera eficiente y sostenible. Además, los materiales electrocrómicos, como los óxidos metálicos y los polímeros conductores, han encontrado aplicaciones en pantallas de bajo consumo, ventanas inteligentes y espejos antideslumbrantes al cambiar su color y transparencia mediante la aplicación de un potencial eléctrico.


Finalmente, los materiales con memoria de forma, como las aleaciones de níquel-titanio, han demostrado su utilidad en interruptores térmicos, actuadores robóticos, antenas desplegables y dispositivos médicos gracias a su capacidad de recuperar su forma original después de ser deformados mediante el calentamiento.


A medida que se continúe investigando y desarrollando nuevos materiales inteligentes, se espera que desempeñen un papel cada vez más importante en la industria electrónica del futuro, impulsando la innovación en dispositivos más eficientes energéticamente, adaptables y multifuncionales.





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