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Foto del escritorDra. Cristina Iuga

La química del cerebro y los neurotransmisores

Actualizado: 19 jun

Explora cómo la química del cerebro y los neurotransmisores influyen en nuestras emociones, comportamientos y procesos cognitivos.



El cerebro humano es un órgano fascinante y complejo, compuesto por billones de neuronas interconectadas que realizan una increíble variedad de funciones, desde el control de los movimientos y las emociones hasta el pensamiento abstracto y la toma de decisiones. Detrás de esta asombrosa maquinaria neuronal se esconde una intrincada red de procesos químicos que permiten la comunicación entre las neuronas a través de los neurotransmisores.


Los neurotransmisores son moléculas químicas que actúan como mensajeros en el cerebro, transmitiendo señales de una neurona a otra a través de la sinapsis, la pequeña brecha que separa las neuronas [1]. Estos neurotransmisores juegan un papel crucial en la regulación de una amplia gama de funciones cerebrales, como el estado de ánimo, el aprendizaje, la memoria, el sueño y el apetito.


Uno de los neurotransmisores más conocidos es la dopamina, que se encuentra involucrada en el sistema de recompensa del cerebro y desempeña un papel importante en la motivación, el placer y la adicción [2]. La serotonina, por otro lado, regula el estado de ánimo, el sueño y el apetito, y los niveles bajos de este neurotransmisor se han relacionado con trastornos como la depresión y la ansiedad [3].


La acetilcolina es otro neurotransmisor clave que se encuentra en el sistema nervioso central y periférico, y desempeña un papel fundamental en la formación de la memoria y el aprendizaje [4]. El glutamato y el ácido gamma-aminobutírico (GABA) son los principales neurotransmisores excitadores e inhibidores del cerebro, respectivamente, y su desequilibrio se ha relacionado con trastornos neurológicos como la epilepsia [5].


Además de los neurotransmisores, el cerebro también produce una amplia gama de otras moléculas químicas, como las hormonas, los neuromoduladores y las neurotrofinas, que regulan diversos aspectos del funcionamiento cerebral [6]. Por ejemplo, la hormona oxitocina desempeña un papel crucial en el vínculo social y el comportamiento maternal, mientras que las neurotrofinas, como el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), son esenciales para el crecimiento, la supervivencia y la plasticidad neuronal [7].


La investigación en la química del cerebro y los neurotransmisores ha llevado a importantes avances en el tratamiento de trastornos neurológicos y psiquiátricos. Los fármacos antidepresivos, por ejemplo, actúan regulando los niveles de neurotransmisores como la serotonina y la norepinefrina, mientras que los medicamentos para el Parkinson intentan compensar la deficiencia de dopamina en el cerebro [8].


Sin embargo, aún quedan muchos misterios por descubrir en el fascinante mundo de la química cerebral. A medida que avanza la investigación, se espera que surjan nuevos conocimientos y terapias más efectivas para abordar una amplia gama de trastornos neurológicos y psiquiátricos.


Referencias:

[1] Purves, D., Augustine, G. J., Fitzpatrick, D., Hall, W. C., LaMantia, A. S., McNamara, J. O., & Williams, S. M. (Eds.). (2004). Neuroscience (3rd ed.). Sinauer Associates.

[2] Björklund, A., & Dunnett, S. B. (2007). Dopamine neuron systems in the brain: an update. Trends in Neurosciences, 30(5), 194-202. https://doi.org/10.1016/j.tins.2007.03.006

[3] Lanfumey, L., Hamon, M., & Dienel, S. (2020). Serotonin and mental disorders. En H. J. Siegel & Y. A. Bitterman (Eds.), Neurotransmitters, Behavior, and Mental Health (pp. 77-112). Elsevier. https://doi.org/10.1016/B978-0-12-817824-5.00003-4

[4] Hasselmo, M. E. (2006). The role of acetylcholine in learning and memory. Current Opinion in Neurobiology, 16(6), 710-715. https://doi.org/10.1016/j.conb.2006.09.002

[5] Meldrum, B. S. (2000). Glutamate as a neurotransmitter in the brain: review of physiology and pathology. Journal of Nutrition, 130(4S Suppl), 1007S-1015S. https://doi.org/10.1093/jn/130.4.1007S

[6] Scharfman, H. E., & Sarvey, J. M. (2017). Neuroendocrine factors and biochemical responses in epilepsy. En J. L. Noebels, M. Avoli, M. A. Rogawski, R. W. Olsen, & A. V. Delgado-Escueta (Eds.), Jasper's Basic Mechanisms of the Epilepsies (4th ed.). Oxford University Press. https://doi.org/10.1093/med/9780190631741.003.0004

[7] Bathina, S., & Das, U. N. (2015). Brain-derived neurotrophic factor and its clinical implications. Archives of Medical Science, 11(6), 1164-1178. https://doi.org/10.5114/aoms.2015.56342

[8] Lieberman, J. A., & Stroup, T. S. (2011). The evidence for antipsychotic medications. En D. A. Schatzberg & C. B. Nemeroff (Eds.), The American Psychiatric Publishing Textbook of Psychopharmacology (4th ed., pp. 1111-1134). American Psychiatric Publishing.


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